La histórica conexión de los países bálticos con el mar, los caudalosos ríos y atractivos lagos, así como la fuerte presencia del pescado en la dieta de la región, hacen de la pesca una actividad común.
Ir de pesca es un placer que muchos disfrutan en esta parte del mundo. Digo bien muchos porque es una actividad principalmente masculina, aunque, claro, no exclusiva. Eso sí, durante primavera y verano la pesca en la región Báltica es más o menos lo que todos tenemos en mente. Pero en invierno la gente sigue pescando en igual o mayor frecuencia, pero lo hacen en el hielo.
La pesca en el hielo es muy popular y esperada por miles de hombres. Cargados de taladros especiales, cajas metálicas con instrumental, carnadas y otros utensilios, cañas y/o hilos de pesca, estos «valientes» pasan horas de día y noche sentados buscando capturar una presa bajo el hielo.
En lagos y ríos congelados, e incluso en los témpanos flotantes de las costas del mar Báltico, en el campo o incluso en frente mismo de la ciudad histórica de Riga, en pleno río Dauvaga, los fanáticos de la pesca en el hielo buscan el mejor lugar y la mejor corriente para pescar.
Es gente reservada y callada. Siento que esta actividad refuerza su individualidad e identidad, tan ligada a la naturaleza a pesar del clima «extremo».
Comparto como testimonio de esta bizarra afición, claro para alguien que viene del sur, el set completo de fotos de la pesca en el hielo en Riga.