Sones latinos en la tienda de discos-café de Riga

Ya era otoño. Fue el primer día que decidí usar un chaquetón de pana y la bufanda a colores de lana Escocesa, quizá un poco excesivo para la temperatura aún templada que ofrecía el clima a fines de septiembre en Riga.

Al salir de la cita previa, que resultó más breve de lo esperado, caminé hacia el Domo, el centro turístico de la ciudad antigua de Riga. Todavía estaba el lugar lleno de mesas destinadas a turistas, así que continué por Zirgu iela hacia aquel pequeño lugar que descubrí la primera vez que visité Riga en 2010.

Esta tienda de discos-café en la calle Vaļņu (que se pronuncia vallñu) es de esos lugares que un tranquilo amante de la música quisiera tener cerca de casa, o al menos en el lugar donde vive. La tienda de discos ofrece una amplia selección de CD, DVD y vinilos, de múltiples géneros y orígenes, con algunas secciones para coleccionistas. Pero además, uno puede sentarse a leer y tomarse un café o un vino mientras los expertos Jurijs y Andrejs atienden a la clientela y no dejan de reproducir álbumes de todo tipo.

Aquel día, al entrar ansiando el asequible y bien servido kafeja ar pienu (café con leche), oí un sutil «malagueeeeeeeeee…ñaa…» a volumen pertinente. La melodía envolvía la conversación entre Juris y un cliente que, en ruso, hablaban sobre música latina.

No, no es que entienda ni hable ruso, pero en Riga se escucha mucho, incluso más que el propio letón, y uno ya tiene el oído adaptado. Juris y su entusiasmado cliente mencionaban nombres, países y ritmos familiares mientras indagaban en los estantes de llenos de vinilos.

Me senté a observar mientras disfrutaba de la inesperada secuencia de canciones que iban repitiéndose. El disco que dejaron en el plato era Felix de Ypacarai y sus Paraguayos, una agrupación de los años setenta que lanzó algunos discos recopilando éxitos de la canción latinoamericana.

Una de esas experiencias que le puede pasar a uno en Riga.