A recolectar hongos al bosque!

El bosque es un lugar respetado y venerado en la región Báltica. No es para menos, provee de todo lo que se necesita incluso de exquisiteces y experiencias únicas.

Los letones esperan con ansias la llegada de las lluvias de verano, generalmente entre julio y agosto, para arrancar con la recolección de hongos.

Esta singular actividad despierta la pasión de los letones de todas las edades, quienes tienen ya desarrollado un buen sentido de selección (también hay libros sobre especies y maneras de recolectar) y no hay canastas que alcancen para salir de entre los árboles repletos de frutos del bosque.

La pregunta que siempre sale es que cómo se reconocen los comestibles de los venenosos. Pues bueno, los letones llevan haciendo esto durante siglos y la práctica es siempre en familia, así que los saberes y técnicas se van pasando de generación en generación y son pocos los que fallan (eso uno espera…).

Baravika, bērzlapes, berlape o vilnītis son algunas de las variedades que recolectamos el año pasado, nombres todos intraducibles o al menos fuera del alcance de este neófito en el arte de la recolección de hongos.

Esta es una actividad familiar muy simpática. Si bien desorientarse en el bosque es muy sencillo, las familias van desarrollando formas de orientarse, incluso sonidos que guían el camino de recolección entre árboles, musgos y naturaleza.

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